El Descubrimiento de América

Literatura y contexto histórico

El “Descubrimiento de América” es el nombre que se le dio al suceso histórico ocurrido en 1492, cuando el 12 de octubre llegaron a costas americanas las naves de Cristóbal Colón. Este, con el beneplácito de los reyes de España, no por el oriente, como era usual, sino, por el occidente. En efecto, creyó que fue Asia su punto de llegada y murió sin saber que había arribado a un continente desconocido por los europeos.

Muchos viajes siguieron tras la llegada de Colón, en los cuales participó, entre otros, Américo Vespucio, el primero en proponer oficialmente que se trataba de un continente desconocido y no de una costa asiática. En su honor, se le dio el nombre al nuevo continente.

La primera expedición española hacia Colombia

Tras la llegada de Cristóbal Colón, los reyes de España impulsaron múltiples expediciones hacia América. En una de estas, el navegante y cartógrafo Juan de la Cosa, en 1502, llegó a la Guajira. En su lucha por apoderarse de las costas, murió en enfrentamientos con los nativos, resistentes a su colonización. En el año de 1510, el conquistador y cartógrafo Martín Fernández de Enciso se detuvo en lo que hoy se conoce como el golfo de Urabá, ubicado en el límite entre Panamá y Colombia. Continuando la exploración de Enciso, el gobernador y marinero Alonso de Ojeda reconoció las costas de Trinidad, Tobago, Venezuela, Aruba, y Bastidas funda la ciudad de Santa Marta, que inicia con toda su fuerza la expedición española al interior de las tierras colombianas.
La encomienda en la Nueva Granada

Una vez que el Reino de España obtuvo el dominio sobre gran parte de las tierras americanas, grupos de teólogos y funcionarios del rey se reunieron con el fin de legitimar su acción sobre el nuevo territorio. Así, bajo el título de Ordenanzas para el tratamiento de los indios1, también conocidas como las Leyes de Burgos, se estableció que los indígenas no debían ser esclavizados sino colonizados, es decir, convertidos a las costumbres hispanas, y su trabajo sería remunerado. De esa forma, a cada colonizador se le asignó un número de indígenas, que podía usar en la extracción de piedras preciosas y en el cultivo de alimentos, y al que debía aleccionar en la fe católica, ante cuyo rechazo podían exponerse a fuertes castigos. La institución de la encomienda, en este sentido, es comprendida como la base de la economía colonial.


1La encomienda buscó que los indígenas no fueran esclavizados sino colonizados.