El sistema inmune parece un programa de computador o una aplicación de celular, debe actualizarse, y lo hizo, pero a un ritmo más llento; mientras que el virus de la influenza siguió su "especialización" en contagios, aumentando su poder y eficacia. En resumen, la gripa se fortalecía mientras que nosotros no.
Ahora que volvimos a una "normalidad extraña" donde casi nadie se acuerda de los sucesos que nos llenaron de miedo y pavor por la amenaza contra nuestras vidas por parte de un enemigo que ni siquiera podíamos ver, nos relajamos porque supuestamente ese enemigo se fue. En estos momentos, habiendo la gripa hecho su tarea de avanzar en su evolución, aprovecha nuestros sistemas inmunológicos desactualizados para hacer de las suyas. Vemos cómo nos enfermamos con más fuerza, durante más tiempo, con síntomas exagerados (en ocasiones).
No debemos bajar la guardia, hay que seguir con esos hábitos de limpieza y con esa higiene obsesiva que nos protegió de enfermar nos de gravedad porque los virus son parte de nuestro entorno y no llegará el momento en que dejemos de enfermar nos por causa de ellos.
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